RODRIGO CAMPAÑA ESCOBAR:
La excavación íntima en el corazón del
arqueólogo lector de Vargas Llosa.
Ubica sus huesos sobre una silla roída por el estridente sonar de una
Olivetti que insistente palpitante sobre una hoja en blanco, las teclas
musicalizan las sentencias, obsesivamente sabe de memoria la rugorosidad de una
vasija, de un dios enclenque y roto horneado en barro de hace unos 500 años antes
de cristo y diferencia bien el pliegue de un cuenco que data de estas culturas
habitadas en lo que hoy llamamos Latacunga, tierra de mitimaes, Cotopaxi, los
panzaleos, los caras, los colorados.
En una ciudad inicial, le faltan dotes y argumentos para definirla,
asfixiante argumento para seguir escribiendo. El escenario debe develar y leerse nuevamente con la cultura central y
común y la del ecuador. Relecturas y conflictuada sobre las identidades, la
relación geográfica mitad imaginaria, inventada, y vinculada al universo,
universalidad y desasosiego.
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