lunes, 26 de abril de 2010

MIS AMORES PERROS



AL OSO LITO
Ahora me aferro a mi amorperro, a mi perroamor, como si la primera película mexicana del director Alejandro González Iñárritu, del 2002, no terminara y la secuencia degradada de un tiempo que sólo se cuenta en el cine fuera como decir mi vida.


Abrázame y muérdeme
Llévate contigo mís heridas
aviéntame y déjame
Mientras yo contemplo tu partida
En espera de que vuelvas y tal vez vuelvas por mí

Y ya te vas qué me dirás, dirás
Qué poco sabes tú decir

Despídete, ya no estarás
Al menos ten conmigo esa bondad
Te extrañaré no mentiré
Me duele que no estés y tú te vas

Amárrame y muérdeme
Llévate contigo mis heridas
Murmúrame y ládrame
Grita hasta que ya no escuche nada
Sólo ve cómo me quedo aquí esperando a que no estés
En espera de que vuelvas y tal vez vuelvas por mi
En espera de que vuelvas y tal vez vuelvas por mi

viernes, 23 de abril de 2010

COMO UN DOLOR DE MUELAS ALIVIADO



Esta carta fue escrita por Marcos, en un arrebato impostergable y único; el amor acaece,se va dando de ratos único, y se convierte en canción.


18 de Octubre de 1996 (como a las no sé cuántas de la madrugada)
A: Joaquín Sabina Planeta Tierra
De: Subcomandante Insurgente Marcos CCRI-CG del EZLN Montañas del Sureste Mexicano, Chiapas México

Don Sabina:
Yo sé que le parecerá extraño que le escriba, pero resulta que me duele la muela y, según acabo de leer, usted camina ahora por estas tierras que, mientras no acaben por venderlas también, siguen siendo mexicanas. Entonces pensé yo que, aprovechando que me duele la muela y que usted camina ahora bajo estos cielos, pudiera yo escribirle y saludarlo e invitarlo a echarse un "palomazo" con el Sup (a larga distancia, se entiende).

¿Qué dice usted? ¿Cómo? ¿Que qué tiene que ver el dolor de muelas con el "palomazo"? Bueno, tiene usted razón, debo explicarle entonces la muy extraña relación entre el dolor de muelas, el que usted camine por estas tierras, la larga distancia y una muchacha. No, no se sorprenda usted de que ahora haya aparecido una muchacha. Siempre aparece una, vos lo sabés Sabina.

Bien, resulta que cuando yo pasaba por esa etapa difícil en que uno descubre que ya no es más un niño y tampoco alcanza a ser un hombre (esa etapa, vos lo sabés Sabina, en que las féminas se transmutan de molestas a interesantes y hay que ver la de problemas que esto provoca, conocí a un viejo que, sin que se lo pidiera, decidió que tenía que darme un consejo sobre esos seres incomprensibles pero tan amables que eran, y son, las mujeres. "Mira muchacho" me dijo, "la vida de un hombre no es más que la búsqueda de una mujer. Fijate que digo 'una mujer' y no 'cualquier mujer'. Y por 'una mujer', muchacho, me estoy refiriendo a una de 'única'. El problema está en que el hombre siempre queda con la duda de si la mujer que encontró, si es que encuentra alguna, es esa 'una mujer' que estaba buscando. Yo ya estoy viejo y he descubierto una fórmula infalible para saber si la mujer que uno encontró es la 'una mujer' que estaba uno buscando." El viejo carraspeó y me confió: "Si tu le dices a una mujer que te duele una muela y ella, en lugar de mandarte al dentista o darte un analgésico, te abraza y deja que recuestes la mejilla en sus pechos, entonces, muchacho, esa mujer es la 'una mujer' que andabas buscando". Yo me quedé perplejo, pero como quiera tomé nota de la fórmula. A mí nunca se me había ocurrido que debía pasarme la vida buscando una mujer. A mí se me ocurrían cosas más concretas y factibles, como ser bombero, conquistar el mundo o construir un avión que se controlara solo con el pensamiento. Respecto a las mujeres, yo me tenía en muy alta estima y estaba más propenso a que esa "una mujer" me encontrara a mí, que a buscarla yo. A mí ni se me ocurrió que la fórmula estuviera mal. Así que achaqué mis primeros fracasos a la falta de autenticidad en mi dolor de muelas. Con clips y palillos, después de una paciente labor de meses, logré picarme dos muelas con tanto éxito que tuve que acompañar la estrategia con una fuerte dosis de antibióticos. Repetí la fórmula, ahora con la confianza de saberme auténtico, y los resultados siguieron siendo magros. Así hubiera seguido adelante, acabando con mis muelas, si no es porque, ya adolescente, encontré a otro viejo que, cruel, me dijo: "Tu problema está en la cara. Más bien en tu nariz. A los feos, las muchachas no les hacen caso, a menos que sean cantantes".

"¿Cantantes?" Bueno, esta nueva fórmula les daría reposo a mis muelas (que por lo demás ya estaban definitivamente destrozadas). Claro que el problema entonces era saber qué se necesitaba para ser cantante. Después, escuchando canciones, me di cuenta de que el problema era mayor, ya que una cosa era ser "cantante" y otra más difícil era ser "cantautor" o "canta-autor" (vos lo sabés Sabina). Entonces hice trampa, es decir, escribí algunos poemas (o como se llamara lo que escribía) y dejaba siempre pendiente la música.

Resulta que (vos lo sabés, Sabina) hay ahora una muchacha que está demasiado lejos y entonces pensé que usted, Don Sabina, podría echarme una mano y una tonadita (mire que no es lo mismo pero pudiera ser igual). Y usted podría echarme una mano si me permitiera tutearlo y, cómplice como ha sido antes sin saberlo, fingiera usted que nos conocemos desde hace mucho tiempo y que, por tanto, es perfectamente natural que usted reciba una carta del Sup redactada en los siguientes términos:

"Sabina (sí, ya sé que te desconcierta este inicial e irreverente tuteo, pero tú compórtate como si tal cosa): He trabajado arduamente en los últimos días en la letra que me encargaste para tu nueva canción (Vamos, quita ya esa cara de espanto! Ya sé que no me has encargado ninguna letra para ninguna canción, pero sígueme la corriente para despistar al enemigo) pero ha sido inútil. No me sale nada original. Así las cosas, busqué en el cofre del pirata y solo encontré un viejo y mohoso poema, que no es tan viejo y tal vez ni a poema llegue, que te puede servir si le das un poco de aliño. Es ideal para ponerle música y escalar con velocidad el "hit parade" internacional (no me preguntes si para arriba o para abajo), pero tú ya sabes que a nosotros los artistas (sigue fingiendo demencia, no denotes la menor sorpresa) no nos importa la fama (bueno, no mucho). En este caso particular, a mí solo me interesa una muchacha que está demasiado lejos para que pueda yo musitarle al oído este poema y arrancarle así, vos lo sabés Sabina, una sonrisa o una lágrima. El poema dice, más o menos, así:

"Como si llegaran a buen puerto mis ansias,
como si hubiera donde hacerse fuerte,
como si hubiera por fin destino para mis pasos,
como si encontrara mi verdad primera,
como traerse al hoy cada mañana,
como un suspiro profundo y quedo,
como un dolor de muelas aliviado,
como lo imposible por fin hecho,
como si alguien de veras me quisiera,
como si, al fin, un buen poema me saliera.
Llegar a ti."

La tonadita puede ir más o menos así: tara-tarara-tararira-etcétera, vos lo sabés Sabina. El título de la canción podría ser "Canción para una muchacha que está demasiado lejos", o "Un dolor de muelas para ella", o "Un dolor de muelas, Sabina, la larga distancia, una muchacha y el Sup". En fin, ya se te ocurrirá algo. El crédito puede ser "Letra: el Sup. Música: Joaquín Sabina", o "Letra y música: Joaquín Sabina (a petición del Sup)" o como quieras. Vale.

Salud y ojalá ella entienda... El Sup."

Esa podría ser la carta que usted recibiera y aceptara, Don Sabina. Y todo esto viene a cuento porque estaba yo solo, con mi dolor de muela y leyendo que usted camina por estas tierras. Entonces pensaba yo que usted, tal vez, estaría de buen humor y magnánimo y que podría contarle yo la historia de los dolores de muelas, mi frustrada carrera como cantautor y una muchacha que está demasiado lejos.

Vale. Salud y ya sabe usted, si le sobran por ahí un analgésico o una tonadita, no dude en mandármelos. Ambas cosas se agradecen en este asfixiado pecho que le escribe...
Desde las montañas del sureste mexicano.

México, octubre de 1996

PONGAMOS QUE HABLO DE JOAQUIN



Ahora que tengo un alma
que no tenía.
Ahora que suenan palmas
por alegrías.
Ahora que nada es sagrado
ni, sobre mojado,
llueve todavía.
Ahora que hacemos olas
por incordiar.
Ahora que está tan sola
la soledad.
Ahora que, todos los cuentos,
parecen el cuento
de nunca empezar.


Joaquinito

miércoles, 14 de abril de 2010

QUIMERA, O LA TERNURA TARAREADA EN UNA CANCION INFANTIL



Pasional
Pasillo
Enrique Espín Yépez



Amar sin esperanza
y dar el corazón con toda el alma.
Por qué siempre yo he de amarte
sin haberme comprendido.
Que triste es el vivir
soñando una ilusión
que nunca a mi vendrá.

Yo te amé con locura
y te do mi ternura,
más, burlaste mi vida
sin tener compasión.
Hoy nunca olvides
que te he querido
y aunque me hayas herido
siempre te recuerdo
sin sentir rencor.

Soñar que nos quisimos
es solo recordar una quimera.
Por qué siempre yo he de amarte
sin haberme comprendido.
Que triste es el vivir
soñando una ilusión
que nunca a mi vendrá.

Yo te amé con locura
y te do mi ternura,
más, burlaste mi vida
sin tener compasión.
Hoy nunca olvides
que te he querido
y aunque me hayas herido
siempre te recuerdo
sin sentir rencor.

viernes, 9 de abril de 2010

Leña verde; la nostalgia del fogón, o el recorrido del sabor a la ternura.




Me gusta el contenido de tus cajitas, como el cajón de sastre lleno de botones, dedales, hilos y agujas.
Me gusta el bolsillo del controlador de bus, con sueltos, pernos tornillos, tostado y migas de pan.
Me gusta la caja de mi cerebro, desordenado y auténtico, lleno de sensaciones,
de verdades y mentiras; tiene la cerradura dañada, por eso pueden entrar las personas que yo quiero.

Acuso cibernauta de Tito en facebook


LEÑA VERDE, (…) DESDE UNA ANTROPOLOGÌA DE LOS SABORES

Los saberes y sabores de la cocina cotopaxense

La provincia de Cotopaxi es rica en manifestaciones culturales y folclóricas. para ello hay que interesarnos en la importancia de los sabores y su vasta y amplísima significación en torno a la cocina.

La gastronomía de la provincia es muy basta y amplísima, por citar al azar istinguimos los platos tradicionales de la ciudad de Latacunga, las típicas chugchucaras, el queso de hoja, las hallullas, el tradicional champús, las papas con cuy, los helados de abores de Salcedo, el pinol, la machica traposa, el mote, el choclo, las humitas.

Cada una de ellas ha legitimado su nominativo y ha arraigado en la identidad de esta parcialidad de nuestro país.

Los saberes y sabores de la cocina cotopaxense se interrelacionan, varias familias dedicaron por muchos años a la preparación de estos manjares populares, inclusive ya en generaciones contemporáneas se han comercializado algunos de estos productos. Pero la producción de estos alimentos ha potenciado el turismo, a más de uno le ha interesado degustar y conocer algo más sobre estos preparados queridos.

La receta compartida en el seno familiar, y que es celosamente guardada, se ve tangible en el sabor mismo que es degustado por los comensales, existen lugares en la ciudad donde uno puede degustar de estos platos. A veces la mayoría de estos sitios aparecen en los pasos afluentes de los transportes provinciales e interprovinciales. Para todos los gustos, al interior de la ciudad, si existe un poco de tiempo para el comensal, el inventario gastronómico que ofrecen los distintos restaurantes es especializado en estos platos.

En cambio las recetas diarias que se realizan en cada hogar cotopaxense será distinto que el menú de fiesta, que al menú comercial, es decir cada uno tiene su aporte ergológico, y eso no quiere decir que no sea rico en sabores o en saberes.

CAPITULO INTRODUCTORIO DEL LIBRO LEÑA VERDE, ANTOLOGIA DE LA COCINA COTOPAXENCE

miércoles, 7 de abril de 2010

LA PROVINCIA DE COTOPAXI



La provincia de Cotopaxi se encuentra conformada por 7 cantones, su población llega casi a los 300.000 habitantes de los cuales 100 mil son urbanos y 200 mil son rurales. El clima es templado, entre 12 y 17 ºC. Se caracteriza por sus tradiciones populares y sus mercados artesanales. En esta provincia también se presenta actividad volcánica con su volcán Cotopaxi. Su arquitectura es colonial española, sus calles adoquinadas y sus pequeñas casas hacen de esta provincia una de las mas atractivas para el turismo. El turismo de aventura se extiende hasta los volcanes y los nevados, aquí los turistas disfrutan de las maravillas que esta provincia les puede brindar.

martes, 6 de abril de 2010

MULALÓ, algo de su Historia

Colgado de un barranco
duerme mi pueblo blanco,
bajo un cielo que a fuerza
de no ver nunca el mar,
se olvidó de llorar.

Datos principales de MULALÓ:

Primero debemos ubicar políticamente a la Parroquia de Mulaló. Al respecto "San Francisco de Mulaló" fue un antiguo Tambo ubicado al norte de Latacunga. Hacia el año 1000 de la Era Cristiana, el reino de Quito agrupaba cantidad superior a 40 "provincias" según el padre Juan de Velasco, en donde menciona el jesuita que Latacunga -o Tacunga- se constituía con 16 tribus muy numerosas, a saber: Alaques, Callos, Cuzubambas, Mulahaloes, Mullihambatos, Pansaleos, Pilahaloes, Pujilíes, Saquisilíes, Sigchos, Tanicuchíes, Tiopullos, Toacasos, Yanaconas y propios Tacungas.(Monografía de la Provincia de Cotopaxi. Tomo Nº1. Franklín Barriga López. Editorial Primicias. Ambato)

Mulaló al igual que Tacunga era un tambo (discrepancia planteada fehacientemente por varios investigadores Campaña y los esposos Costales) Tambo (posada o lugar para hospedarse), equivalente a hostería o mesón para viajeros o pasajeros de tránsito. Tambo construido por el Inga (inca) de piedra labrada y lo suficientemente amplio para recibir a numerosos visitantes.

Es importante saber también que a finales del siglo XV se dio en Latacunga una gran batalla campal, donde Pillahuasu combatió con cuanto guerrero pudo reunir (cañaris, puruhaes, pansaleos, quitus, caranquis, etc.) a la invasión del inca Túpac Yupanqui, quien con 50 mil hombres de refuerzo arrasó Latacunga, desterró a los varones sobrevivientes y repobló la zona con mitimaes traídos de otros lugares.

Mulaló como Tacunga se pobló a la llegada de los españoles por un altísimo porcentaje de mitimaes, tanto es así, que hasta bien entrado el siglo XX se puede encontrar en varios documentos protocolares en Latacunga, donde se menciona el barrio de "mitimas" o "mitimaes", y que corresponde al sector donde tiene su inicio el barrio denominado "El Loreto", al sur de la actual Latacunga.

Mulaló, su nombre español es “San Francisco de Mulaló”. Se han identificado tres definiciones topónimas la primera del atacameño mula= cara; alu=hoy; osea que el nombre prueba que la población era, en sus comienzos, atacameña y después Cara o Colorada. Otra del atacameño mula= cara y del colorado haló=todo que significaría “enteramente Cara”, forma de legalizar la conquista con dos vocablos: el del vencido mula y el del vencedor, haló.

Una tercera definición del araucano mula= caracoles de tierra; lo(m)= hondonada, esto es “hondonada de caracoles”, nombre exacto porque en sus tierras sueltas se crían los caracoles tan ambicionados por nuestros indios. También toma valor la tercera definición cuando recordamos que los invasores, al tomar posesión de los pueblos vencidos, aplicaban nombres de igual fonética aunque con el significado que les pareció acertado. Cualquiera de las dos primeras definiciones son de positiva etimología prehistórica.

De esta última acepción topónima se refieren estudios a la palabra “Mulalillo que en el mismo araucano significa "llanurita de caracoles", este nombre aparece en el año de 1645 en razón de que sus pobladores iníciales son gente traídos de Mulaló por el Cacique Gaspar Sanipatín al sector sur – oeste del actual cantón Salcedo; poblado que se inicia bajo la jurisdicción de Cusubamba tanto en lo civil como eclesiástico; anteriormente toda la región se llamó "Cunchibamna" – cita Fernando Jurado en un artículo de historia de Salcedo-. En 1647 Gaspar Sanipatín presta promesa de ley como alcalde de indios y en 1647 funda Mulalillo.

Los predios actuales de la Iglesia de Santo Domingo (Latacunga) a principios de la conquista española, este lugar pertenecía al Cacique de Mulaló Don Gaspar Sarapatín Quinatoa. La presencia del primer padre dominico en Latacunga fue Alonso Muñoz, que el 16 de agosto de 1.608 comparece ante el Corregidor del Asiento don Francisco Gutiérrez Flores, para fundar el convento de Santo Domingo, con la advocación a San Jacinto, adquiriendo los lugares de adoctrinamiento en San Martín, San Felipe, San Sebastián, Saquisilí, Guaytacama. Además adquieren propiedades en Rumipamba (actual Brigada de Fuerzas Especiales Patria Nº 9), Chanchaló, entre otras.

Los Panzaleos habitaron gran parte de los territorios de Mulaló, sus diferentes aportes arqueológicos lo demuestran. “Delante de Panzaleo (Machachi) tres leguas están los aposentos y pueblo de Mulahalo, que aunque ágora es pequeño por haberse apocado los naturales, antiguamente tenía aposentos para cuando los ingas ó sus capitanes pasaban por allí, con grandes depósitos”cita el padre González Suarez. (González Suárez, Federico, "Historia General de la República del Ecuador (3ª edición)", 1964, Ediciones Esfel).

Este antecedente explicativo refiere a las actividades que los conquistadores Incas emprendieron en estos pueblos para gobernar a los mismos con trueques demográficos en zonas preestablecidas por éstos (los incas) a los que se los conoce como Mitimaes.

EL ARAGONÉS ERRANTE



Ese hombre de cabellera dispersa, no es otra cosa que el exhumador de un mundo antes irredento. Ha aprendido, sufriendo fórmulas mágicas que los otros desconocen: conjuros para evocar y recrear las danzas interiores.
Razas sordomudas, perdidas en sus parajes profundos, cobran voz bruscamente y, desde el valle dormido bajo la niebla, ese coral suena iluminando regiones desoladas o magníficas.
Así, hasta que toda la tierra se convierte en eco.

DE JUAN EDUARDO CIRLOT:"El Poeta"