martes, 16 de noviembre de 2010

El legado perpétuo de Dino de Laurentis



"Querida Clarice: Las estrellas que nos contemplan siguen siendo las mismas y los corderos que balaban aún no han callado. Sigues aquí conmigo, en este Palacio de la Memoria que construí para no olvidar.
Las palabras que lees he querido escribírtelas, como en todos tus cumpleaños, desde un lugar especial. Sitios en los que no has estado ni estarás pero que yo miro y acumulo para los dos. Aquí estoy pues en una pequeña ciudad costera de un país que ignoras. Estoy sentado en un jardín botánico escuchando para nosotros la única música que ha logrado conmoverme desde hace mucho tiempo. Estás sentada a mi lado, en esta silla vacía y la noche nos protege. Estamos a salvo, lejos de hombres que gritan, que exponen sus vidas estúpidas en móviles, que procrean pequeños tarados cuellicortos. Esa gente que entorpece, que sobra, que tendría que comerme y que no deseo hacerlo, tal es la repulsión que me producen, no están aquí. No olvides jamás que el día de tu cumpleaños quise estar aquí contigo para llenar la habitación donde vives, en mi Palacio de la Memoria…
Este que te ama, Hannibal Lecter."

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