jueves, 5 de julio de 2012

CORAZÓN DE NEON


 I

Cruzar la calle, apear el paso, la zancada.
Detenerse y titubear como un cachorro asustado ante el tráfico trashumante de un viernes en las esquinas del dámero.

Traspié. Que el amor siempre se hace en la guerra, en las guerras, en ese tropel de defender la única noción de patria, la vida.

Habrías entonces de corregir el trazo, la plana,
Esa necedad de necesitarte, esta falacia de faltarte, esa extrañeza de extrañarte.
Nunca pensé que las palabras dibujadas en el aire fueran a darme otra razón para iluminar.

II

La ciudad sigue espantosamente deshabitada
Sólo a algunos se nos ha concedido el pronunciar el amor, privilegio al fin.
Al resto el rumor, las tosesitas falsas, la charlatanería, el barullo de desperdiciarlo.
Tengo una urgencia de vos que me aniquila
Arremete, arrincona contra el olvido.
Hambruna de besos

(No se porque todavía distingo los pasos que se me acercan con tus tacones de aguja)

Angustia de mares
Ansiedad y vacíos…
¿Cómo decir lo que es hueco
de tu envestida que ha dejado en mi pecho?
Hambruna de gestos
Anemia de espasmos.

La ciudad sigue espantosamente deshabitada

Yo cierro el libro sin buscarte.
el tiempo reagrupa las pesadillas, extraño, denodado. 

Los abrazos me haces falta, aquí cuando los faltos abracen,
los besos labien, las bocas palabren, y atardezcan las calles. Haces falta.

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