martes, 19 de abril de 2016

Grieta


                        A tantos, a todos
que urgen de nuestra palabra


¿Quién sabe qué ausencia?
¿Qué nostalgias de mar?
Caminos andados como un recuerdo viviremos,
Para allá en el risco se estira tu voz, país.

El tremor del ángel azotó la piel, la fe.
La casa trisada en su columna,
Desecha, la sangre en ruinas,
 
Yo no sé de cierto
Pero me dueles país,
Entre grietas, afonías y llantos

¿Qué hemos perdido sino tu sonrisa?
Cómo hemos quedado sino abrazados a la intemperie,
Sostenidos de las manos;
Cae todo cae y no perdona
Por mitad del corazón
Pasea tu pena y nuestro luto;

Un cogollo de espinas en la garganta,
El mismo ángel acurrucado y vahído
Revisando el muelle con los ojos,
Brotan vigores y éxodos
Para buscar tu semilla entre las ruinas
Lejos de esta orilla,
Renacidos, lastimados
Puros.

Ay país me dueles en coyunturas, huesos, y nudillos,
En la médula de todos los años,
En todos los silencios
En donde reposan todos los colores,
Entonces callo tanto como el  rojo
Como el azul, el negro, y este gris celaje desolado;
En el aguacero que renacen los trigales,
En la espuma difuminada de la playa
Donde un par de huellas abren el sol a tus espaldas

Cada vez que muere alguien algo de mí también muere
Despiértame, no te despidas aún
Sé levadura y boca que grita,
Llanto, lluvia;
A veces el llanto se vuelve tanto
Que no para de llover

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