miércoles, 4 de enero de 2012

El año del fin

El presente año tiene una particular atención sobre el final de los tiempos que cierto autor estadunidense catastrofista y fantasioso llamado Frank Waters mezcló eclécticamente esas especulaciones con el mito del fin del Quinto Sol de los mexicas.

El final del quinto sol mexica advierte Waters es el apocalipsis soñado por el apóstol Juan desterrado por causa del Evangelio a la isla de Patmos. ¿Pero qué es el fin del mundo?

Sobre el desierto de Atacama en el Perú un lugareño ante el cuestionamiento acerca del fin de todos los tiempos contestó que si todo lo nombrado existe y es el mundo, su mundo los mundos y la vida, el fin sería callar, enmudecer. Importantes personajes de la política, la música, la actuación y otras ramas fallecieron el pasado 2011.

Ernesto Sábato el destacado autor de El túnel y Sobre héroes y tumbas, falleció el 30 de abril dos meses antes de cumplir 100 años. Uno de sus cuadernos capitales en su nutrida literatura es Abaddón el exterminador letal argumento que soslaya el artificio de considerar el caos y la destrucción como el holocausto de la existencia posible; coincidente con Vittorio uno de mis personajes en el relato largo Dánae y el ornitorrinco tras el principio del fin en uno de sus pasajes mira un enorme dragón rojo de siete cabezas descender sobre la faz terrena antes que el olvido y el fin lo envuelva todo.

Callar enmudecer es el verdadero fin, olvidar es posible en el fin de los mundos. Si dejamos de nombrar las cosas no existen; sobre ese andamio de signos, significados, significantes, conceptos y sintaxis concebimos el mundo. Por lo maravilloso de esas palabras nombradas, por el don de la elocuencia y la retórica; por la palabra amor, la palabra solidaridad y sus sinónimos, por la magia de las primeras palabras balbuceantes y tiernas de un infante ante las lágrimas del padre o la madre.

Por las palabras: ciudad, patria, hogar, familia sus caminos y sus mundos imaginantes, por aquellas palabras que nos hacen valorar la justicia. El año del fin debe estar lejano, creo, el calendario azteca y el jeroglífico mexica tiene margen de error sobre la palabra dicha y escrita: “si dejo de nombrarte tu no existes”.

1 comentario:

  1. Inspirador en este tiempo de caos mudo en el que todos pensamos algo pero nadie quiere decirlo, una loa a tu percepción que me suena contestaría y espero no equivocarme ¡¡¡¡¡ Insolentes como un día dijimos...

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