viernes, 19 de noviembre de 2010

LOS AÑOS



El martes pasado murió a los 50 años el escritor y poeta chileno Roberto Bolaño. Para muchos, ya era el mejor escritor latinoamericano de estos tiempos. Autor de culto durante buena parte de su vida, a partir del Premio Rómulo Gallegos que ganó con su novela Los detectives salvajes en 1998, su obra se empezó a convertir en objeto de devoción para más de una generación. En los últimos tiempos, además de las entusiastas bienvenidas que le brindaban medios como Libération y Le Monde y personalidades como Susan Sontag, algunos ya hasta jugaban con la idea de verlo recibir un Nobel. En la misma semana de su muerte, la periodista Mónica Maristain publicó en la edición mexicana de Playboy esta larga entrevista en la que Bolaño habla de todo: la literatura, sus años en la pobreza, su fe en los lectores, la gramática de los desesperados, el paraíso imaginario y el infierno tan temido.


Me parece verlo todavía, su rostro marcado a fuego
en el horizonte
Un muchacho hermoso y valiente
Un poeta latinoamericano
Un perdedor nada preocupado por el dinero
Un hijo de las clases medias
Un lector de Rimbaud y de Oquendo de Amat
Un lector de Cardenal y de Nicanor Parra
Un lector de Enrique Lihn
Un tipo que se enamora locamente
y que al cabo de dos años está solo
pero piensa que no puede ser
que es imposible no acabar reuniéndose
otra vez con ella
Un vagabundo
Un pasaporte arrugado y manoseado y un sueño
que atraviesa puestos fronterizos
hundido en el légamo de su propia pesadilla
Un trabajador de temporada
Un santo selvático
Un poeta latinoamericano lejos de los poetas
latinoamericanos
Un tipo que folla y ama y vive aventuras agradables
y desagradables cada vez más lejos
del punto de partida
Un cuerpo azotado por el viento
Un cuento o una historia que casi todos han olvidado
Un tipo obstinado probablemente de sangre india
criolla o gallega
Una estatua que a veces sueña con volver a encontrar
el amor en una hora inesperada y terrible
Un lector de poesía
Un extranjero en Europa
Un hombre que pierde el pelo y los dientes
pero no el valor
Como si el valor valiera algo
Como si el valor fuera a devolverle
aquellos lejanos días de México
la juventud perdida y el amor
(Bueno, dijo, pongamos que acepto perder México y la juventud,
pero jamás el amor)
Un tipo con una extraña predisposición
a sobrevivir
Un poeta latinoamericano que al llegar la noche
se echa en su jergón y sueña
Un sueño maravilloso
que atraviesa países y años
Un sueño maravilloso
que atraviesa enfermedades y ausencias

Los perros románticos RB

martes, 16 de noviembre de 2010

El legado perpétuo de Dino de Laurentis



"Querida Clarice: Las estrellas que nos contemplan siguen siendo las mismas y los corderos que balaban aún no han callado. Sigues aquí conmigo, en este Palacio de la Memoria que construí para no olvidar.
Las palabras que lees he querido escribírtelas, como en todos tus cumpleaños, desde un lugar especial. Sitios en los que no has estado ni estarás pero que yo miro y acumulo para los dos. Aquí estoy pues en una pequeña ciudad costera de un país que ignoras. Estoy sentado en un jardín botánico escuchando para nosotros la única música que ha logrado conmoverme desde hace mucho tiempo. Estás sentada a mi lado, en esta silla vacía y la noche nos protege. Estamos a salvo, lejos de hombres que gritan, que exponen sus vidas estúpidas en móviles, que procrean pequeños tarados cuellicortos. Esa gente que entorpece, que sobra, que tendría que comerme y que no deseo hacerlo, tal es la repulsión que me producen, no están aquí. No olvides jamás que el día de tu cumpleaños quise estar aquí contigo para llenar la habitación donde vives, en mi Palacio de la Memoria…
Este que te ama, Hannibal Lecter."

sábado, 30 de octubre de 2010

AL FINAL DE ESTA GUERRA SEREMOS POLVO, PERO POLVO ENAMORADO...


EL ORGULLLO CRONOPIO


Todos invitados a la presentación del libro Leña verde, antología de la cocina andina ecuatoriana de Tito León Gutierrez Estrada.

viernes, 29 de octubre de 2010

LA VUELTA A MACONDO


“No se puede amar aquello que no se conoce”

Es para mi un honor invitarles a participar de la presentación oficial de la obra “Alegre puñado de Plata” trabajo intelectual realizado como muestra de afecto e identidad del pueblo Joseguango Alto, Parroquia Mulaló, y su manifestación festiva religiosa de la Capitanía de la Santísima Cruz.
Obra que desde la oralidad y subjetividad deja de manifiesto la ternura del pueblo, y su trascendencia en la historia toda.
Seguro de contar con tan valiosa presencia dejo de manifiesto mi eterna gratitud y los espero el viernes 5 de noviembre de 2010 a partir de las 16h00 en el Salón de la ciudad, edifico de la Ilustre Municipalidad de Latacunga.

El autor.

jueves, 14 de octubre de 2010

BIENVENIDO AL CLUB DE LOS IMPOSIBLES, DE BALAS PERDIDAS... CON SIETE VIDAS


Todo esta listo para el evento Tributo al Héroe.

Como parte conmemorativa de las fiesta de emancipación política de Latacunga se llevará a efecto el espectáculo esperado por muchos.

La reconocida banda quiteña La Censura de los Cuentos, afín a la filosofía heroica y bunburyana, desplegará toda su energía musical y escénica en tres horas de concierto. Un antología básica de rock and roll de más de 10 años por todo el mundo de la banda Héroes del Silencio. Latacunga está en el sendero de los Héroes y forma parte de este tributo.

Toda la infraestructura escénica en tres horas de un concierto único. El Club de fans capítulo Latacunga invita a todos a formar parte de la leyenda.

Sábado 30 de octubre de 2010, 15 horas, Ágora de la Casa de la Cultura Núcleo de Cotopaxi. Latacunga-Ecuador.

viernes, 8 de octubre de 2010

HÉROE DE LEYENDA



No se distinguir entre besos y raíces
no sé distinguir lo complicado de lo simple
y ahora estás en mi lista de promesas a olvidar
todo arde si le aplicas la chispa adecuada

martes, 5 de octubre de 2010

TRIBUTO AL HÉROE



TRIBUTO. El Club de los imposibles capitulo Latacunga organizan el tributo a Héroes del Silencio y al héroe Enrique Bunbury.


La banda quiteña La Censura de los Cuentos brindará un recital homenaje a la banda española Héroes del Silencio; un tributo que coincide con el inicio de las fiestas de independencia de Latacunga.

El evento contará con el telón inicial de la banda Desbole, compuesta por Alex Argoti, Santiago Páez y Leo Ruales, banda de rock funk que se suma a al concierto tributo. Como argumento escénico la banda quiteña de la Censura de los Cuentos, quienes han puesto a consideración del publico CRUDO ESCAPAR trabajo musical que compila su producción musical y muy sonada en las principales radio estaciones del país.

La Censura de los Cuentos esta formada por Fabrizzio Mantilla, Emilio Jácome, Juan Pablo Perrazo y Roberto Rosskamp ellos brindarán su tributo concierto donde interpretaran una antología básica de Héroes y de su líder y vocalista Enrique Bunbury.

En el Ágora de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión Núcleo de Cotopaxi (Avenida Antonia Vela - Latacunga) se dará este espectáculo musical a partir de las 15h00 del sábado 30 de octubre de 2010. Forma parte de los eventos conmemorativos por los 190 años de la gesta de independentista de la ciudad de León.

Las entradas estarán a la venta la semana del 11 de octubre a un valor de 3 USD.

lunes, 13 de septiembre de 2010

La cangahua natal y la invención de Macondo


El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre,
y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo.

Cien años de soledad
Gabriel García Márquez


Hacía 1870 en este lugar entre la quebrada de agua de la hacienda Joseguangos entre los juncos y chaquiñanes sus habitantes, antepasados, bordeaban los límites, era entonces una aldea de veinte casas de barro y paja construidos al filo de la hacienda.

Todos los pueblos del mundo mucho antes de su reconocimiento o pomposa nombradía en la gran historia, sopesaron su anonimato en la modestísima labor de construir desde el esfuerzo su identidad. La constitución de esta plaza sólo pudo darse producto de la filantropía, la mancomunidad, la minga, la solidaridad, esta actitud predecesora y primigenia, cualidad que sobresale en la fibra más intima del lugareño por su bondad y hospitalidad, ha sido el reflejo digno y relevante de esta comunidad.

Para comienzos del siglo XX, Lucinda Reisancho como respuesta a un hecho trascendental en la religiosidad del pueblo presenció lo que hasta hoy a sido motivo de múltiples peregrinaciones desde un sinfín de lugares del Ecuador y del mundo, el milagro de la Santísima Cruz; en ese desprendimiento junto a Agapito Rocha, decidieron donar estas tierras, en lo que era conocido como Capilla Pampa.

Para ello fue realizada una construcción muy rústica, un toldo hecho con ramas de eucalipto, a lado del domicilio de Carmelo Toapanta, sitio donde albergaron durante los días de construcción de la iglesia la imagen de la Santísima Cruz. La construcción de esta capilla demandó la suma de voluntades entorno de la convicción religiosa a la poderosa imagen, cabe indicar que coincidencialmente las campañas independentistas y liberales surcaron su trajín por el camino real, como paso obligado por estos pueblos, Mulaló vio pasar a las tropas de Sucre en su camino hacia la laureada batalla del Pichincha del 24 de mayo de 1822, donde varios aguerridos mulalenses se sumaron al tropel; la escena liberal de inicios del siglo XX que finiquitó el triunfo de Eloy Alfaro en la batalla del Chasqui también protagonizó a estos pueblos como testigos.

Mis antepasados, abuelos y padres, vivieron un tramo mínimo de la historia de esta tierra. Auparon su esfuerzo por mejores días sumados al brío de cada uno de los hombres y mujeres que merecen el significativo de hijos. Luego su éxodo los bordearía, como a otros, a salir del pueblo y forjar mejores jornadas en las ciudades. Familias enteras que demostraron honestidad y servicio a favor del progreso. Mingas, expresiones de solidaridad entre las gentes; líderes campesinos, que por antonomasia siguieron fervientes el sendero de ser ejemplo y estima de entre todos los barrios de la Parroquia de Mulaló. Joseguango es sin duda alguna una postal, un paraíso, cuyos habitantes a merced de sus atributos se muestran amables y cordiales con los foráneos. A escasos kilómetros del majestuoso Cotopaxi, es sin duda un privilegio vivir en esta comarca.

A Luz Edelina Heredia y Faustino Rengifo Calvache, mis bien amados antepasados, debo mi afortunada referencia para compilar una serie de informaciones emitidas a lo largo de varios años sobre este particular, oralidades que guardo celosamente y que, de buena fuente, merecen ser publicadas y expuestas a la comunidad y a los anales de la historia de la provincia y el país.

Así mismo refiero el valiosísimo aporte de historiadores connotados quienes han entregado sus vidas al estudio de la Historia Nacional, a Franklin Barriga López cronista de Latacunga, a Marco Karolys Baca, estudioso e investigador nato de la historia latacungueña, a Fernando Jurado Noboa, experimentado miembro de la SAG (Sociedad de Amigos de la Genealogía) y de la Academia Nacional de Historia, a Rodrigo Campaña Escobar, profesor, investigador y arqueólogo; amigos ellos, quienes me han guiado y motivado a seguir con esta investigación con aportes bibliográficos, revisión de archivos particulares; a Paúl García Lanas, a Tito Gutiérrez Estrada, e Iván Berrazueta, miembros correspondientes de la Casa de la Cultura Benjamín Carrión, a Francisco Ulloa Enríquez, Asambleísta de la Provincia y grato cómplice en la investigación de este hermoso lugar del mundo donde nos ha tocado vivir. A instituciones públicas y privadas como el Archivo Nacional, Archivo Jesuita Aurelio Espinosa Pólit de Cotocollao, Archivo de la Curia de la Diócesis de Latacunga, Archivo Municipal, gracias a Monseñor Victoriano Naranjo, a Monseñor Edmundo Viteri, a Monseñor Claudio Guerrero, al Padre Guillermo Rivera, al Padre Giuseppe Valaguzza.

La cultura de los pueblos merece la atención principal de sus habitantes, pues ésta genera el dínamo de su identidad, que no es otra cosa que el amor propio por lo que somos. Especial reconocimiento refiero a Flavio Adán Rengifo Heredia, mi padre, quien con espíritu altruista entregó su dedicación a la configuración definitiva de la tradicional Fiesta de la Capitanía de la Santísima Cruz, a la memoria de Don Juan José y Darío Rocha, de Isidoro Bustillos, de las familias Bungacho, Yánez, Taipicaña, Quimbita, Toapanta; y demás anónimos y recordados amigos. A la Directiva del Barrio 2010 - 2011 quienes visionarios de este proyecto dejan cimentadas las bases de la identidad de los que han nacido en esta tierra.

Durante varios años dedique mi investigación a este barrio rural de Latacunga que acogió en su seno a mi familia, brindándoles el amor y el cariño propio del vecindario rural. Considerado como mi Macondo, mi Comala, este lugar en el que aprendí con insistencia el valor de la palabra, esa convicción atinada que ahora persiste en la labor perenne de volver a tener patria, ese activismo cultural, y la tesis sobre la ternura del conocimiento, porque cuando me convidaron y contaron los cuentos y las cosas pasadas apegado a la ternura de mi abuela, al consejo de mi familia, aprendí aquello de que se debe amar lo que bien se conoce, que el exilio es la desmemoria, que el olvido es la ingratitud.

Y hemos coincidido y nos enorgullece saber que los verdaderos hijos del pueblo cuyo gran abolengo es la sencillez, la honestidad, el trabajo, y esos valores que las grandes urbes perdieron en su desmemoria, nos representan ahora, todos cuantos desde sus pueblos sumaron esa connotación maravillosa de decir la cangahua natal, el lugar mío, donde siempre se vuelve.

lunes, 6 de septiembre de 2010

DISCURSO DE INCORPORACIÓN COMO MIEMBRO CORRESPONDIENTE DE LA CASA DE LA CULTURA BENJAMIN CARRIÓN NUCLEO DE COTOPAXI


QUERIDOS HERMANOS EN LA CULTURA

“Seamos cultos, seamos bellos, seamos libres.”
Eugenio de Santa Cruz y Espejo


Tengo la honradísima encomienda de intervenir a nombre de quienes en este acto solemne nos incorporarnos como miembros correspondientes de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión, a nombre de Gladis Jara, Ramón Guato, César Ruiz, Ángel Corral Mantilla, Francisco Ulloa Enríquez y el mío.

La hora ecuatoriana redefine su identidad mirándonos de cerca y de memoria, a doscientos años de las acciones rebeldes de las Alcabalas, la ignominia provocada en el sacrificio de los mártires del 2 de agosto de 1810, Espejo, Olmedo, Rocafuerte, Montalvo… los libertadores del 6 de marzo de 1845 y de todo acto que surgió para reafirmar la defensa, la integridad, la libertad y la conciencia de ser ecuatorianos, de ser ciudadanos de la patria, sigue latente la frase de Chusig: ¡seamos!.

El Bicentenario puede ser usado para reinventar el pasado ni tergiversar la historia, esta fecha debería ser otra cosa. El rescate indeclinable de los principios de libertad e igualdad, el compromiso permanente con la democracia y el derecho de todos en declararnos en rebeldía ante cualquier intento de uso arbitrario del poder.

En esa coincidencia señores mítico Sísifo acarreando la cultura a cuestas, infinitamente hacia el porvenir, inclaudicable labor que hace décadas se cristalizó en el pensamiento del ilustrísimo anfitrión, Don Benjamín Carrión.

Nos cobijamos al amparo de los pilares fundamentales de esta Casa, en efecto, Carrión en su libro "Cartas al Ecuador" (y de manera particular en su séptima carta) propuso la patriótica tarea de devolverle al País la autoestima y para ello la consigna de "volver a tener Patria" se constituyó en una ferviente convocatoria social y política que, años más tarde, desembocó, -desde luego también debido a otros factores y acontecimientos-, en las jornadas de mayo del año de 1944 que derrocaron al régimen arroísta, mientras se constituyó un gobierno que provocó enormes expectativas de cambio y transformación. En aquel periodo, como dijera Benjamín Carrión, "en obedecimiento de este mandato ineludible, el de volver a tener Patria, se concibió la fundación de la Casa de la Cultura Ecuatoriana en la perspectiva de consolidar la nación pequeña llamada a poseer Cultura y Libertad..." Entonces se abrió un horizonte en la vida de los ecuatorianos, horizonte que, en más de una oportunidad, se ha llenado de nubarrones provocados por los trápalas que, desde una mesa bien servida, han gobernado al país sustentando la tesis de la dependencia y favoreciendo el desarrollo de políticas económicas y sociales a favor de grupos minoritarios y excluyentes.

El auditorio averiguará por la edad que tengo, y la argucia de mi posición; detenido entonces pienso en el azar, en la ocasional operación algebraica del tiempo cuando en un evento floral llevado en Loja, un Pablo Palacio niño era laureado por el joven Benjamín Carrión; años después en Quito, los dos monstruos de la cultura ecuatoriana recordarían este inusual encuentro que ahora pertenecía a una lógica afable, seguir acarreando la cultura ante la adversidad y la acefalía.

Si es verdad que no existí esos años estoy completamente seguro que al igual que todos ustedes los viví, y pertenezco a ellos. Este grado iniciático al que refiero es el compromiso que el ser humano concibe sobre si mismo, aún no logro concebir como se le puede llamar a aquel ser humano que no vive en lo que ama, y no es condescendiente en lo que defiende o nombra.


Sigo pensando que ese azar corroe el acero del tiempo, entonces conmemoro las conversaciones extensas con Marco Antonio Rodríguez, nuestro actual Presidente, que si la memoria me lo permite en ese entonces yo era su alumno universitario y el mi maestro , ahora amparados a los nuevos días hermanados a este linaje, la cultura.

El esfuerzo de Carrión si bien fue trascendente y poseyó, en su momento, el eco indispensable en la comunidad ecuatoriana, no siempre se mantuvo latente debido a que el país ha soportado, en el último medio siglo, una vertiginosa vida en donde la concurrencia de factores negativos provocaron en la cotidianidad del común de los ciudadanos decepciones cada vez mayores y, por ende, la consiguiente abulia social.

No se si hubo un antes o un después, las ciudades tienen sus tiempos comunicantes, el latacungueño es escrupuloso por antonomasia, callado, minimalista. Poco o casi nada se sabe de su historia, la mayoría escribió esos anales a merced del tumultuoso paso del tiempo, fue llamada a su tiempo hospitalaria, referida ha un manuscrito rubricado por el libertador Simón Bolívar en una carta a Sucre y su paso por la ciudad.

El tiempo que nos ha tocado vivir no es un post, un luego, aunque ese esbirro posmoderno que no es un luego de la modernidad sino un estado de ánimo parecido al espectáculo de un cuadro de Paúl Eluard, signó a esta parcela del universo paradigmas fulminantes de sosiego y esperanza. Me hubiese gustado estrechar la mano de un Atanasio Viteri, de Félix Valencia, de Belisario Quevedo, de poetas, escritores e intelectuales mayúsculos de las letras vivas de esta provincia.

A mi generación le ha tocado vivir el oleaje transitorio de las despedidas, y aferrados a la sola convicción de defender la cultura y su plural, ligeros y desabrochados de camisa con el corazón hemos despedido al Turquito Indio, Jorge Enrique Adoum, a Mario Benedetti, a José Saramago, a Carlos Monsivais, regios intelectuales que sentenciaron al unísono que la única defensa ante la muerte es el amor, corresponde a ese amor la lealtad hacia uno mismo.

“Tenemos que ser un pueblo grande en los ámbitos de la espiritualidad, de la ética, de la solidez institucional, de la vida tranquila y pulcra” tenemos que reconocer que esa integridad es un deber a la lealtad por sobre todas las cosas. Sin lealtad no existe convicción ni libertad.

Queda mucho por hacer en la obra de edificación del hombre ecuatoriano. En la obra de edificación del Ecuador. Y esa es la misión, esa la obra de todos, hoy como nunca premiosa, hoy como nunca ineludible.

Corresponde esa noción urgente de volver a tener patria.

Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.
Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos
-envejecer, morir, eran tan sólo
las dimensiones del teatro.

Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.

SEÑORAS Y SEÑORES

Miguelángel Rengifo Robayo

viernes, 30 de julio de 2010



vi


...sólo eran falsas las circunstancias,
la hora y uno o dos nombres propios.
j. l. Borges


Todos los hombres, en el vertiginoso instante del coito, son el mismo hombre.
Todos los hombres que repiten una línea de Shakespeare, son William Shakespeare.


Pie de página:

Buenos Aires, Luna Parck abril 19....

Retiré torpemente mi atención de la lectura, porfié cerrando los ojos el recuerdo de sus rizos, una tela de Renoir pintada en 1897, logré repetir una encíclica de Shakespeare en su inglés natal:

"Speak what you feel, not what we ought to"

Transcribí un poema de Ovidio en su sánscrito sedicioso y elemental: Carpe Diem; declaré mi nombradía subido al púlpito de un sueño de Marcel Proust; repetí mi índice inclinado sobre un atlas del siglo XVII para ubicar una calle en Ámsterdam. No quise entender que era eso que nacía en mitad de mi estómago luego de releer en silencio a Bolaño. Escribí su nombre en una carta de enero de 1714 y miré todo un álbum de daguerrotipos rememorando una película de Luis Buñuel (los olvidados) encontrándome aun niño sobre el patio de esa casa en la ciudad de Milán.
Descorrí la cortina y el cielo era de Estambul, sabía que su cintura era pequeña, que dormimos juntos la noche anterior, que dos denarios equivalían a la quinta parte de la traición de Judas el Izcariote.
Una mañana la encontré acicalando su cabello siendo irrepetible su hermosura que desfallecí peligrando al pensar que la perdería. La perdí.
Comulgué con la logia de una comunidad secreta del siglo XIX que dispuso la creación de un hombre de la talla de Lazarus Morell y Jak the disembowel. Atiné sobre una cartulina el carboncillo de su cuerpo desnudo alumbrado levemente por un candil de combustible en un barco con destino a Irlanda del norte. Huyendo tal vez. En una playa de Cádiz suspendí mi pesquisa al percatarme de que sus huellas se detenían a escasos metros de mí y era natural que para ese encuentro las flores se hayan marchitado que mis palabras callen en un efusivo abrazo y se disloque una fatalidad que el amor sea nombrado sólo con las lágrimas.
En Arles un buen hombre me preguntó ¿qué era el amor? Y sin darle respuesta erré las calles de un laberinto que simulaba París y me encontré con Vallejo, Lautremount, Baudelaire, Verlaine, Rimbaud, en una taberna de Montparnasse libando en torno de un recuerdo no mayor que su infancia.
Me acordé de usted al arribar a un aeropuerto en Madagascar, recordé con detalle las expresiones de su rostro luego de mis besos al son de un aire gitano en la estación de Atocha. En Manhatan lloré amargamente al recordar la sonrisa huidiza de una limeña que abandonaba su casa a sus siete años aferrada a su suerte, Edhelinna, de cuyo nombre guardo un extraño parentesco con los libros de cabecera.

En la primera página de un libro de Roberto Arlt transcribo una declaración de amor para decirla cuando la mire: (a todas horas y mientras dure)

Tú eres todo lo que tengo
Desde que perdí mi tristeza.
Odas elementales de Neptalí Reyes. 1973.

Sedicioso o no, Darwin, he tramitado sin principios de ley mi gratitud a la lealtad y la admiración mutua en la que se ha basado esta amistad. A vísperas de tu aniversario he terminado de leer una carta escrita en Montevideo por ese genio inadvertido del cual sondeo mis alegatos para exponértelo, ese Juan Carlos Onetti, a propósito de Roberto Arlt: (cuenta)
1) Una mañana sus compañeros de trabajo lo contrataron en la redacción (era otro diario, Crítica, donde Arlt estaba encargado de la sección "Policiales") con los pies sin zapatos sobre la mesa, llorando, los calcetines rotos. Tenía enfrente un vaso con una rosa mustia. A las preguntas, a las angustias, contestó: "¿Pero no ven la flor? ¡ No se dan cuenta que se está muriendo?"

La vida es un bello arrebato que sufija un momento que converge en todos los momentos. Yo no sé de cierto en su ley causal, pero de algo estoy seguro, por doquiera que husmeamos nos topamos con sorpresas gratas, con compromisos que nos marcan, con palabras que nos reconfortan, con cuerpos de mujeres que amamos y que prometen quedarse y no las dejamos, con un verso copiado a limpio para iniciar una carta posfechada para nuestros padres, nos encontramos con amigos que de a poco se despiden que nunca prometen, con un niño que juega a ser nosotros, con cada maravilla. A mis adentros recuerdo una cisterna en la parte alta de mi casa, mis amigos imaginarios mentando una partida de damas chinas, la hazaña del librito de aventuras, Salgari, Verne, Allan Poe.

Alguna mentira piadosa refrescaría tu memoria. Pero no es mi trato. Te cuento verdades. Iluminaciones. Te escribo desde Buenos Aires a escasos días de mayo de este año holgazán, la ciudad un poco extraña, el libro de bitácora que lo tomé de tu librero desmiente que no se pueda vivir en el exilio, me ha alegrado en demasía, hoy por la noche tomaré el ferro hasta Capital y me tomaré unos tragos a tu nombre. Rememoraré las tertulias sabáticas entre café y cigarrillos de Eliseo Diego, Jorge Edwars y Reinaldo Arenas, acabaré en el colchón de un ave de paso, me sentiré feliz.

No se puede desmentir lo que se cree a razón de lo que se sienta. No se debe, eso sería negarse, torcer nuestro propósito humano olvidarse por completo de lo que somos. A vuelta de correo te mando una postal de la ciudad y esa nota Arltiana escrita en el juguete rabioso, libro que es de un talante selecto y para unos pocos escogidos, no todos Darwin, tenemos el privilegio que poseemos, eso es un avance.

Me dan ganas y no las aguanto, harto escruto lo que el monstruo Danés sentía en su habitación de Arles escribiendo sus cartas a su hermano Teho, contándole con un espíritu prosaico y cosmopolita su vida, de que otra manera podríamos llamarla sino: vida. Una mañana sumido en su miseria y abandono total confiesa a su hermano Teho: la verdadera Universidad de la vida es esta, la fragilidad con que el hombre lucha por merecer un aliento para seguir ante tanta adversidad, hace unos días cambié el cuadro de la cena por un par de patatas, y he manuscrito el boceto de esas patatas para cambiarlas por más comida, la miseria, esa, es la verdadera universidad de la vida Teho. Sólo en el dolor absoluto y en el abandono total un hombre se necesita, primario y elemental, se reconoce, pervive, supervive, reivindica su propósito, se vuelve más humano, en vano profesaríamos nuestras codicias intelectuales si no entendemos esto.

Imagino entonces que ha esta hora en otro día circunstancial pegaras tu cabeza a la almohada y que no te de pánico el que te ataquen las preguntas sin respuesta, el fracaso, la mísera consideración del destino, la falsía de la gloria, su falacia, que nadie te prometa Darwin, por que el que promete tiene algo de divino y nosotros, en tal caso somos oligarcas.

Espero vernos pronto, manténme al tanto de la situación. Espero noticias tuyas. Un abrazo:

martes, 27 de julio de 2010

DANAÉ Y EL ORNITORRINCO




xx

Vittorio sentado frente a la Casa Rosada recordó un pasaje poco casual de su infancia, se percató de un pasador desatado, una calle de polvo, una vereda en Rosario, Lina, su madre haciéndole señas desde lejos, el sabor de los besos de Jóse, la desaparición de Danaé, el cuadro de Gustav Klimt, lo profeso de su espera, una cuerda zafada de un violoncelo desafinando la ópera, los ojos de Gilda, un gato acicalándose pacientemente junto a las palomas, el temor por la lluvia, su fobia a las ambulancias, miró miles de hojas volantes de los desaparecidos, el indulto.

Si el tiempo fuera lo que dicen: un lápiz de carbón avanzando estrepitosamente sobre una hoja blanca con rasgos de rostros dibujados en mitad de la oscuridad.

Ella lo dijo: cuando cerramos los ojos sentimos como el tiempo transcurre, como se dilata, se escurre, entonces comprendemos que la distancia entre decir estoy y estuve es aceptar el vacío, es un abismo que se topa con las manos estiradas, levantándose, de puntillas. El amor es…

Por el contorno de la Plaza de Mayo hay un letrero legible para mis gafas, a escasos metros de la farola en letras negras dice: AQUÍ NO ES, y aunque la negativa sorprendía al más lúcido la liturgia de crear al otro era inútil, resurgía desde su angustia, cabizbajo, escéptico, demorándose en cada letra, subiendo y bajando, como releyendo con el dedo, apropiándose de cada letra, así, Vittorio, entumecido el corazón, divisó la nomenclatura de la calle adyacente, se inclinó de súbito, detenido ante la operación aparentemente más sencilla de un humano le inundó el terror de las simples operaciones, arrancar una flor, cruzar una calle, ir al cine, besar, respirar, tocar el violín; se incorporó aún con los cordones desatados y miró en el cielo dibujadas las partituras de Op. Nº25 de Chopin para violín y en toda esa música un enorme dragón rojo de siete cabezas descendía antes que el olvido lo envuelva todo.

xxi



…Cuando nuestros nombres ya nada signifiquen (…)
Roberto Bolaños


Cómo puedes comprender que Bolaño esté muerto como dicen los diarios.

Da lo mismo estar aquí en Buenos Aires, en Santiago, pasearme por Orange City, en el Park the Priscentong, Nueva York, leer un párrafo completo de Putas asesinas y afirmar con la cabeza, visitar a la Guadalupana, Ciudad Juárez, el D.F., desayunar temprano donde iban los Detectives Salvajes, porfiar el clacksong a la puerta de Octavio Paz; deambular sin preocupaciones por Montmartre, por Hamburgo, estar allá, aquí, da lo mismo, sí que lo da; lo que en realidad no es lo mismo y a mi me pasa, es que él esta muerto, lo he leído en el diario y me ha dado un luto enorme, porque me robe un par de palabras para dedicarlas a ella: a Dánae, ella, y Dánae sea ella, y ella sea ella. Y no es lo mismo que aquí sea allá y Bolaño haya dejado un libro inconcluso y yo quiera abnegadamente pasear nuevamente con Dánae por la plaza y contarle que mi desconocido amigo Bolaño no está, que no es lo mismo. Mientras ahora espere que venga para irnos al cine y espere en vano, y llueva, y yo llore: por Dánae, por Bolaño, por ella.


Capital Federal Buenos Aires Verano de 2003, algún olvido 2007.

lunes, 26 de julio de 2010

SIN PALABRAS



Amaneció, y me encontré con que emprendiste un largo viaje
Mi corazón se te escapo del equipaje
Y se quedo fue pa llenarme de recuerdos

Amaneció, y el gallo viejo que cantaba en la ventana
Hoy no canto, pues tú no abriste en la mañana
Y hasta el viento se devolvió porque no estabas

Eres el arroyito que baña mi cabaña
Eres el negativo de la foto de mi alma
Eres agua bendita que crece en mi cultivo
Eres ese rayito que me calienta el nido

Atardeció, y el corazón abre su álbum en silencio
Un acordeón le va imprimiendo los recuerdos
Y hace también una canción para que vuelvas
Atardeció, y ya se va la claridad de mi cabaña
No siento luz en los rincones de mi alma
Pues ya no tengo todo lo que llevas dentro


Eres el arroyito que baña mi cabaña
Eres el negativo de la foto de mi alma
Eres agua bendita que crece en mi cultivo
Eres ese rayito que me calienta el nido

Yo solo quiero ser el dueño de tu amor
Yo solo quiero ser el dueño de tu risa
Para encontrarte y devolverte el corazón
Y me acompañes por el resto de mi vida


Eres el arroyito que baña mi cabaña
Eres el negativo de la foto de mi alma
Eres agua bendita que crece en mi cultivo
Eres ese rayito que me calienta el nido

jueves, 10 de junio de 2010

OJOS DE PERRO AZUL, (está escrita la frase)



Y en la calle iba diciendo en voz alta, que era una manera de decirle a la única persona que habría podido entenderla:

«Yo soy la que llega a tus sueños todas las noches y te dice esto: ojos de perro azul». Y dijo que iba a los restaurantes y les decía a los mozos, antes de ordenar el pedido: «Ojos de perro azul».

(...)

«Yo trato de acordarme todos los días la frase con que debo encontrarte ―dije― . Ahora creo que mañana no lo olvidaré. Sin embargo, siempre he olvidado al despertar cuáles son las palabras con que puedo encontrarte». Y ella dijo: «Tú mismo las inventaste desde el primer día». Y yo le dije: «Las inventé porque te vi los ojos de ceniza. Pero nunca las recuerdo a la mañana siguiente . Y ella, con los puños cerrados junto al velador, respiró hondo: «Si por lo menos pudiera recordar ahora en qué ciudad lo he estado escribiendo».

El Gabo porfió su insinuante acoso, ahora cada vez que te sueño creo que estas cerca, demasiado cerca.Como si la frase estubiese escrita en el cristal de la ventana, derritiendose en escarcha, y esa ciudaddonde escribo fuese coincidencialmente esta.

MACONDO



En Macondo comprendí,
que al lugar donde haz ido feliz
no debieras tratar de volver.
J.Sabina


Ella me dijo, sin retirar la mano del velador: «Eso. Ya no lo olvidaremos nunca». Salió de la órbita suspirando: «Ojos de perro azul. He escrito eso por todas partes».

La vi caminar hacia el tocador. La vi aparecer en la luna circular del espejo mirándome ahora al final de una ida y vuelta de luz matemática. La vi seguir mirándome con sus grandes ojos de ceniza encendida: mirándome mientras abría la cajita enchapada de nácar rosado.

miércoles, 9 de junio de 2010

ALTA TRAICIÓN



No amo mi Patria. Su fulgor abstracto
es inasible.
Pero (aunque suene mal) daría la vida
por diez lugares suyos, cierta gente,
puertos, bosques de pinos, fortalezas,
una ciudad deshecha, gris, monstruosa,
varias figuras de su historia,
montañas
(y tres o cuatro ríos).


José Emilio Pacheco

¡AH! ESAS MUCHACHAS




Me gustan las muchachas del sur. Tienen las piernas bronceadas y fuertes de tanto subir y bajar las colinas de sus barrios. Feroces lobas para hacerlo en el auto o en el baño del bar. Tampoco es que se enamoren así porque sí. Aunque un día pasarán sobre el cadáver de quien se ponga al frente, con tal de ir tras el más ruin y truhán de los muchachos, por el puro amor que sienten por él.

¡Cómo me gustan esas muchachas!

EDWIN MADRID, Poeta y amigo.

martes, 8 de junio de 2010

LA MIRADA DEL ÁNGEL



Adiós a Bolívar Echeverría


En un amor, la mayoría busca una patria eterna. Otros, aunque muy pocos, un eterno viajar. Estos últimos son melancólicos que tienen que rehuir el contacto con la madre tierra. Buscan a quien mantenga alejada de ellos la melancolía de la patria. Y le guardan fidelidad. Los tratados medievales sobre los humores saben de la apetencia de viajes largos de este tipo de gente.”

Tomado de Dirección única, de Walter Benjamin; ese otro colosal ángel exterminador que aupó mi ánimo de creer en los libros, en los libres, en las cosas.

Lamento escribir la noticia del fallecimiento de un amigo, y maestro, de quien aprendí a corresponder una nostalgia por esos jóvenes de Frankfort, por aquellos albores de París o Tlatelolco, por una tarde conversando sobre la ternura del conocimiento en Quito, paseando por los anaqueles de Librimundi.

El filósofo ecuatoriano radicado en México, Bolívar Echeverría, ganador de la II Edición del Premio Libertador al Pensamiento Crítico, falleció el pasado sábado a los 69 años de edad víctima de un infarto cardiaco. Sus restos fueron incinerados ayer.

Coincidimos en un evento en la Universidad Andina Simón Bolivar, entonces mi admiración se convertiría en una complicidad cuando le participé un ensayo sobre el Laberinto de la soledad de Octavio Paz meramente adaptado a una sociedad ecuatoriana de inicios de siglo.

Luego recibí esporádicos correos electrónicos sobre su oba Vuelta de siglo. Bolivar Echeverría ganó el premio UNAM a la Docencia (México, 1997) y Premio Libertador al Pensamiento Crítico (Caracas, 2007).

Henry Miller, 30 años de la muerte del ‘Niño Terrible’ de la literatura



“Hay que darle un sentido a la vida, por el hecho mismo de que carece de sentido”.
Henry Miller



Hubo una época en que los adolescentes para demostrar su espíritu de transgresión decían, sueltos de lengua, que habían leído Los Trópicos, de Henry Miller, algo osado para la mayoría. La obra de este autor estuvo por décadas estigmatizada con el mote de literatura porno y prohibida en las bibliotecas. Corrió similar destino que la de otros otros autores, como el Marques de Sade, D.H. Lawrence o Anaís Nin, a quienes los enmarcaron en la llamada literatura erótica.

Miller representa la antítesis del llamado estilo de vida americano, al que él odiaba, por considerarlo decadente, hipócrita y mojigato. Se convirtió en su más encarnizado detractor y enrumbó sus dardos contra sus pilares: la familia, la religión y el orden social. Sus escritos eran bofetadas contra el conformismo y la sociedad puritana, y sus herramientas para la mofa eran el sexo crudo y duro y la mordacidad del lenguaje.

Henry Valentine Miller nació en Brooklyn, Nueva York, el 26 de diciembre de 1891. Sus primeros años transcurrieron viviendo en medio de la pobreza de esa ciudad, a la que le profesaba sentimientos de amor y odio. Se matriculó en el City College y en la Universidad de Cornell, pero abandonó los estudios y se dedicó a diversos oficios, como asistente en una oficina postal o ayudante de construcción.

Para un espíritu inquieto e indomable como el de Miller, ser engullido por el sistema era algo inaceptable, así que abandonó los Estados Unidos para buscar suerte y aventuras en Europa y, sobre todo, buscar la manera de convertirse en escritor. Su llegada a París en 1930 fue una de las etapas más fructíferas de su vida y de la literatura. En esa ciudad comenzó a germinar su talento como escritor. En la Ciudad Luz durmió en parques o compartió habitación y comida con algunos amigos. A duras penas ganó algo de dinero dando clases de inglés a emigrantes extranjeros. La marginalidad fue la forma de vivir más divertida para él, fue la forma de verse libre de ataduras de cualquier tipo. Fue la libertad que tanto ansiaba, que le permitió hacer lo único que le interesaba: escribir.

Se rodeó de intelectuales como Anais Nin, Gilberte Brassai y Alfred Perlés, que lo impulsaron a escribir. Producto de ello salió su primera obra, Trópico de Cáncer (1934), con prólogo de Nin. Ella, aparte de ser su mentora literaria, se convirtió en su amante. Tuvieron una relación tormentosa, mezcla de sexo y amor por el arte. La misma Nin describiría esta relación en su obra Henry y June.

Luego Miller escribió Trópico de Capricornio (1939), su obra más conocida. El primer Trópico fue prohibido en Estados Unidos por considerarlo obsceno y le valió un juicio a su autor por pornografía.

Los trópicos son una descripción bizarra de ciudades como París y Nueva York, pero Miller las utiliza como escenario para sus vivencias autobiográficas, mostrándolas como receptáculos de perdedores, malvivientes y toda clase de charlatanes. Las aleja de ese mundo de postales turísticas. En ellas se muestran ambientes sórdidos, oscuros. Es el mundo de los prostíbulos, cafés de mala muerte y de la bohemia. El sexo lo utilizó como elemento de transgresión y está presente en toda su obra. Otra característica que Miller plasmó en sus novelas es la ausencia de estructuras narrativas clásicas. Forma un collage desordenado desbordante de furia, virilidad y hedonismo.

Posterior a su salida de Francia (1940) volvió a Estados Unidos para dedicarse por entero a escribir. De su pluma salieron obras como El coloso de Marussi (1941) sobre su visita a Grecia, a lo que seguiría la trilogía La crucifixión Rosa, compuesta por Sexus (1949), Plexus (1953) y Nexus (1960), una nueva mirada ácida y con un lenguaje crudo y descriptivo sobre el mundo del sexo, su inestabilidad matrimonial (en donde menciona el divorcio de su primera relación y su relación con June Mansfield con la que luego se terminaría casando) y la crítica social al american way life, al que nunca dejaría de señalar con dedo acusador.

Por su estilo directo y libre se convirtió en una especie de patriarca de la llamada generación beat, encabezada por Jack Kerouc, Allen Gisberg, William Burroughts y en precursor indiscutido del movimiento de liberación sexual de los 60 y en un ardiente defensor de la libertad de expresión por su lucha contra toda forma de censura. Su obra sigue generando controversia. Miller falleció el 7 de junio de 1980 en California.

martes, 1 de junio de 2010

CAPITULO II


Mira y las dimensiones de Comala
ULLOA Y LA CASA DONDE VIVÓ LA INFANCIA


En Comala comprendí
que al lugar donde has sido feliz
no debieras tratar de volver.
J. Sabina.


Comala en primer lugar, es una síntesis de muchos de muchos pueblos de la tierra que se iban quedando abandonados y donde-según palabras de Rulfo-“los vivos están rodeados de muertos”.
Centrada en una sociedad rural arcaica y de tipo feudal. Pero su significación no se agota con estas facetas testimoniales. Las dimensiones de Comala son múltiples. Se ha hablado de tres Comalas: la Comala soñada o ideal, la Comala “real” o de Pedro Páramo, y la Comala muerta o “infernal”.

Francisco Ulloa nació por vericueto o azar en Mira, que para ese entonces era una parroquia del cantón Tulcán, provincia de Carchi. Mira posee ese aire trasnochado y el reiterado paisaje de la obra de Telmo Herrera. Calles y trazados lineales que circundan a partir de la plaza central. Su casa de infancia quedaba en la esquina de la plaza, hoy parque central.

La ciudad de Mira, es la cabecera del cantón Mira, ubicada en un lugar preferencial al sur occidente de la provincia del Carchi. Se encuentra comunicada por una carretera de primer orden; separándola apenas 45 km de la ciudad de Ibarra y 135 km de Tulcán.

Mira podría llamarse Comala, Macondo, Santa María, o por si sola Mira. Como sea un lugar escondido en la planicie mágica al norte del mapa ecuatorial. La ciudad y el año de nacimiento coincidía sin duda a esos pueblos sin ruidos”, “casas vacías”, “ecos”, “murmullos”... Luego esa Mira tan distinta de un paraíso se nos desdobla a su vez en dos. Casa, amigos, hogar, hermanos, juegos, escapadas a los llanos, zapatos roídos por la tierra agreste, faenas de siembras y cosechas, los atardeceres y las primeras inquietudes infantiles.

Mira se extendía a varias cuadras, todos se conocían, uno sabía cuando era navidad por el olor espeso a dulce de pristiños en los aires, o sabía que el calor poseía cada polvareda en el aire al caer de granos secos aventados y era el verano que siempre duraba.

FELIZ DÍA DEL NIÑO



No sabré desatarme los zapatos y dejar que la ciudad me muerda los pies
no me emborracharé bajo los puentes, no cometeré faltas de estilo.
Acepto este destino de camisas planchadas,
llego a tiempo a los cines, cedo mi asiento a las señoras.
El largo desarreglo de los sentidos me va mal. Opto
por el dentífrico y las toallas. Me vacuno.
Mira qué pobre amante, incapaz de meterse en una fuente
para traerte un pescadito rojo
bajo la rabia de gendarmes y niñeras.

lunes, 31 de mayo de 2010

LA PARCELA EXTENSA DEL SUEÑO



La literatura se parece mucho a la pelea de los samuráis, pero un samurái no pelea contra otro samurái: pelea contra un monstruo. Generalmente sabe, además, que va a ser derrotado. Tener el valor, sabiendo previamente que vas a ser derrotado, y salir a pelear: eso es la literatura.

EL CHAGRA COTOPAXENSE



"La concurrencia se motivaba con la presencia del toro pregonero, un bravío halado por chagras expertos que lo sostenían con sendas huascas para moderar su furia. De inmediato, al paso, al trote o al galope enseñoreaban su porte los caballeros de Acocha, elegantes con su vestimenta y en su manera de lucir sus cabalgaduras: caballos criollos y parameros, ensillados con la montura de vaquería, petral, arretranca y grupera, cincha cerda, e incrustado sobre la copa el clásico pellón que en muchos casos era de doble faz. Al presenciar este imponente acto procesional, entendí el significado emocional de cumplir con un sueño tendiente a recuperar la imagen del popular chagra como esencia misma de nuestra tradición mestiza".

lunes, 26 de abril de 2010

MIS AMORES PERROS



AL OSO LITO
Ahora me aferro a mi amorperro, a mi perroamor, como si la primera película mexicana del director Alejandro González Iñárritu, del 2002, no terminara y la secuencia degradada de un tiempo que sólo se cuenta en el cine fuera como decir mi vida.


Abrázame y muérdeme
Llévate contigo mís heridas
aviéntame y déjame
Mientras yo contemplo tu partida
En espera de que vuelvas y tal vez vuelvas por mí

Y ya te vas qué me dirás, dirás
Qué poco sabes tú decir

Despídete, ya no estarás
Al menos ten conmigo esa bondad
Te extrañaré no mentiré
Me duele que no estés y tú te vas

Amárrame y muérdeme
Llévate contigo mis heridas
Murmúrame y ládrame
Grita hasta que ya no escuche nada
Sólo ve cómo me quedo aquí esperando a que no estés
En espera de que vuelvas y tal vez vuelvas por mi
En espera de que vuelvas y tal vez vuelvas por mi

viernes, 23 de abril de 2010

COMO UN DOLOR DE MUELAS ALIVIADO



Esta carta fue escrita por Marcos, en un arrebato impostergable y único; el amor acaece,se va dando de ratos único, y se convierte en canción.


18 de Octubre de 1996 (como a las no sé cuántas de la madrugada)
A: Joaquín Sabina Planeta Tierra
De: Subcomandante Insurgente Marcos CCRI-CG del EZLN Montañas del Sureste Mexicano, Chiapas México

Don Sabina:
Yo sé que le parecerá extraño que le escriba, pero resulta que me duele la muela y, según acabo de leer, usted camina ahora por estas tierras que, mientras no acaben por venderlas también, siguen siendo mexicanas. Entonces pensé yo que, aprovechando que me duele la muela y que usted camina ahora bajo estos cielos, pudiera yo escribirle y saludarlo e invitarlo a echarse un "palomazo" con el Sup (a larga distancia, se entiende).

¿Qué dice usted? ¿Cómo? ¿Que qué tiene que ver el dolor de muelas con el "palomazo"? Bueno, tiene usted razón, debo explicarle entonces la muy extraña relación entre el dolor de muelas, el que usted camine por estas tierras, la larga distancia y una muchacha. No, no se sorprenda usted de que ahora haya aparecido una muchacha. Siempre aparece una, vos lo sabés Sabina.

Bien, resulta que cuando yo pasaba por esa etapa difícil en que uno descubre que ya no es más un niño y tampoco alcanza a ser un hombre (esa etapa, vos lo sabés Sabina, en que las féminas se transmutan de molestas a interesantes y hay que ver la de problemas que esto provoca, conocí a un viejo que, sin que se lo pidiera, decidió que tenía que darme un consejo sobre esos seres incomprensibles pero tan amables que eran, y son, las mujeres. "Mira muchacho" me dijo, "la vida de un hombre no es más que la búsqueda de una mujer. Fijate que digo 'una mujer' y no 'cualquier mujer'. Y por 'una mujer', muchacho, me estoy refiriendo a una de 'única'. El problema está en que el hombre siempre queda con la duda de si la mujer que encontró, si es que encuentra alguna, es esa 'una mujer' que estaba buscando. Yo ya estoy viejo y he descubierto una fórmula infalible para saber si la mujer que uno encontró es la 'una mujer' que estaba uno buscando." El viejo carraspeó y me confió: "Si tu le dices a una mujer que te duele una muela y ella, en lugar de mandarte al dentista o darte un analgésico, te abraza y deja que recuestes la mejilla en sus pechos, entonces, muchacho, esa mujer es la 'una mujer' que andabas buscando". Yo me quedé perplejo, pero como quiera tomé nota de la fórmula. A mí nunca se me había ocurrido que debía pasarme la vida buscando una mujer. A mí se me ocurrían cosas más concretas y factibles, como ser bombero, conquistar el mundo o construir un avión que se controlara solo con el pensamiento. Respecto a las mujeres, yo me tenía en muy alta estima y estaba más propenso a que esa "una mujer" me encontrara a mí, que a buscarla yo. A mí ni se me ocurrió que la fórmula estuviera mal. Así que achaqué mis primeros fracasos a la falta de autenticidad en mi dolor de muelas. Con clips y palillos, después de una paciente labor de meses, logré picarme dos muelas con tanto éxito que tuve que acompañar la estrategia con una fuerte dosis de antibióticos. Repetí la fórmula, ahora con la confianza de saberme auténtico, y los resultados siguieron siendo magros. Así hubiera seguido adelante, acabando con mis muelas, si no es porque, ya adolescente, encontré a otro viejo que, cruel, me dijo: "Tu problema está en la cara. Más bien en tu nariz. A los feos, las muchachas no les hacen caso, a menos que sean cantantes".

"¿Cantantes?" Bueno, esta nueva fórmula les daría reposo a mis muelas (que por lo demás ya estaban definitivamente destrozadas). Claro que el problema entonces era saber qué se necesitaba para ser cantante. Después, escuchando canciones, me di cuenta de que el problema era mayor, ya que una cosa era ser "cantante" y otra más difícil era ser "cantautor" o "canta-autor" (vos lo sabés Sabina). Entonces hice trampa, es decir, escribí algunos poemas (o como se llamara lo que escribía) y dejaba siempre pendiente la música.

Resulta que (vos lo sabés, Sabina) hay ahora una muchacha que está demasiado lejos y entonces pensé que usted, Don Sabina, podría echarme una mano y una tonadita (mire que no es lo mismo pero pudiera ser igual). Y usted podría echarme una mano si me permitiera tutearlo y, cómplice como ha sido antes sin saberlo, fingiera usted que nos conocemos desde hace mucho tiempo y que, por tanto, es perfectamente natural que usted reciba una carta del Sup redactada en los siguientes términos:

"Sabina (sí, ya sé que te desconcierta este inicial e irreverente tuteo, pero tú compórtate como si tal cosa): He trabajado arduamente en los últimos días en la letra que me encargaste para tu nueva canción (Vamos, quita ya esa cara de espanto! Ya sé que no me has encargado ninguna letra para ninguna canción, pero sígueme la corriente para despistar al enemigo) pero ha sido inútil. No me sale nada original. Así las cosas, busqué en el cofre del pirata y solo encontré un viejo y mohoso poema, que no es tan viejo y tal vez ni a poema llegue, que te puede servir si le das un poco de aliño. Es ideal para ponerle música y escalar con velocidad el "hit parade" internacional (no me preguntes si para arriba o para abajo), pero tú ya sabes que a nosotros los artistas (sigue fingiendo demencia, no denotes la menor sorpresa) no nos importa la fama (bueno, no mucho). En este caso particular, a mí solo me interesa una muchacha que está demasiado lejos para que pueda yo musitarle al oído este poema y arrancarle así, vos lo sabés Sabina, una sonrisa o una lágrima. El poema dice, más o menos, así:

"Como si llegaran a buen puerto mis ansias,
como si hubiera donde hacerse fuerte,
como si hubiera por fin destino para mis pasos,
como si encontrara mi verdad primera,
como traerse al hoy cada mañana,
como un suspiro profundo y quedo,
como un dolor de muelas aliviado,
como lo imposible por fin hecho,
como si alguien de veras me quisiera,
como si, al fin, un buen poema me saliera.
Llegar a ti."

La tonadita puede ir más o menos así: tara-tarara-tararira-etcétera, vos lo sabés Sabina. El título de la canción podría ser "Canción para una muchacha que está demasiado lejos", o "Un dolor de muelas para ella", o "Un dolor de muelas, Sabina, la larga distancia, una muchacha y el Sup". En fin, ya se te ocurrirá algo. El crédito puede ser "Letra: el Sup. Música: Joaquín Sabina", o "Letra y música: Joaquín Sabina (a petición del Sup)" o como quieras. Vale.

Salud y ojalá ella entienda... El Sup."

Esa podría ser la carta que usted recibiera y aceptara, Don Sabina. Y todo esto viene a cuento porque estaba yo solo, con mi dolor de muela y leyendo que usted camina por estas tierras. Entonces pensaba yo que usted, tal vez, estaría de buen humor y magnánimo y que podría contarle yo la historia de los dolores de muelas, mi frustrada carrera como cantautor y una muchacha que está demasiado lejos.

Vale. Salud y ya sabe usted, si le sobran por ahí un analgésico o una tonadita, no dude en mandármelos. Ambas cosas se agradecen en este asfixiado pecho que le escribe...
Desde las montañas del sureste mexicano.

México, octubre de 1996

PONGAMOS QUE HABLO DE JOAQUIN



Ahora que tengo un alma
que no tenía.
Ahora que suenan palmas
por alegrías.
Ahora que nada es sagrado
ni, sobre mojado,
llueve todavía.
Ahora que hacemos olas
por incordiar.
Ahora que está tan sola
la soledad.
Ahora que, todos los cuentos,
parecen el cuento
de nunca empezar.


Joaquinito

miércoles, 14 de abril de 2010

QUIMERA, O LA TERNURA TARAREADA EN UNA CANCION INFANTIL



Pasional
Pasillo
Enrique Espín Yépez



Amar sin esperanza
y dar el corazón con toda el alma.
Por qué siempre yo he de amarte
sin haberme comprendido.
Que triste es el vivir
soñando una ilusión
que nunca a mi vendrá.

Yo te amé con locura
y te do mi ternura,
más, burlaste mi vida
sin tener compasión.
Hoy nunca olvides
que te he querido
y aunque me hayas herido
siempre te recuerdo
sin sentir rencor.

Soñar que nos quisimos
es solo recordar una quimera.
Por qué siempre yo he de amarte
sin haberme comprendido.
Que triste es el vivir
soñando una ilusión
que nunca a mi vendrá.

Yo te amé con locura
y te do mi ternura,
más, burlaste mi vida
sin tener compasión.
Hoy nunca olvides
que te he querido
y aunque me hayas herido
siempre te recuerdo
sin sentir rencor.

viernes, 9 de abril de 2010

Leña verde; la nostalgia del fogón, o el recorrido del sabor a la ternura.




Me gusta el contenido de tus cajitas, como el cajón de sastre lleno de botones, dedales, hilos y agujas.
Me gusta el bolsillo del controlador de bus, con sueltos, pernos tornillos, tostado y migas de pan.
Me gusta la caja de mi cerebro, desordenado y auténtico, lleno de sensaciones,
de verdades y mentiras; tiene la cerradura dañada, por eso pueden entrar las personas que yo quiero.

Acuso cibernauta de Tito en facebook


LEÑA VERDE, (…) DESDE UNA ANTROPOLOGÌA DE LOS SABORES

Los saberes y sabores de la cocina cotopaxense

La provincia de Cotopaxi es rica en manifestaciones culturales y folclóricas. para ello hay que interesarnos en la importancia de los sabores y su vasta y amplísima significación en torno a la cocina.

La gastronomía de la provincia es muy basta y amplísima, por citar al azar istinguimos los platos tradicionales de la ciudad de Latacunga, las típicas chugchucaras, el queso de hoja, las hallullas, el tradicional champús, las papas con cuy, los helados de abores de Salcedo, el pinol, la machica traposa, el mote, el choclo, las humitas.

Cada una de ellas ha legitimado su nominativo y ha arraigado en la identidad de esta parcialidad de nuestro país.

Los saberes y sabores de la cocina cotopaxense se interrelacionan, varias familias dedicaron por muchos años a la preparación de estos manjares populares, inclusive ya en generaciones contemporáneas se han comercializado algunos de estos productos. Pero la producción de estos alimentos ha potenciado el turismo, a más de uno le ha interesado degustar y conocer algo más sobre estos preparados queridos.

La receta compartida en el seno familiar, y que es celosamente guardada, se ve tangible en el sabor mismo que es degustado por los comensales, existen lugares en la ciudad donde uno puede degustar de estos platos. A veces la mayoría de estos sitios aparecen en los pasos afluentes de los transportes provinciales e interprovinciales. Para todos los gustos, al interior de la ciudad, si existe un poco de tiempo para el comensal, el inventario gastronómico que ofrecen los distintos restaurantes es especializado en estos platos.

En cambio las recetas diarias que se realizan en cada hogar cotopaxense será distinto que el menú de fiesta, que al menú comercial, es decir cada uno tiene su aporte ergológico, y eso no quiere decir que no sea rico en sabores o en saberes.

CAPITULO INTRODUCTORIO DEL LIBRO LEÑA VERDE, ANTOLOGIA DE LA COCINA COTOPAXENCE

miércoles, 7 de abril de 2010

LA PROVINCIA DE COTOPAXI



La provincia de Cotopaxi se encuentra conformada por 7 cantones, su población llega casi a los 300.000 habitantes de los cuales 100 mil son urbanos y 200 mil son rurales. El clima es templado, entre 12 y 17 ºC. Se caracteriza por sus tradiciones populares y sus mercados artesanales. En esta provincia también se presenta actividad volcánica con su volcán Cotopaxi. Su arquitectura es colonial española, sus calles adoquinadas y sus pequeñas casas hacen de esta provincia una de las mas atractivas para el turismo. El turismo de aventura se extiende hasta los volcanes y los nevados, aquí los turistas disfrutan de las maravillas que esta provincia les puede brindar.

martes, 6 de abril de 2010

MULALÓ, algo de su Historia

Colgado de un barranco
duerme mi pueblo blanco,
bajo un cielo que a fuerza
de no ver nunca el mar,
se olvidó de llorar.

Datos principales de MULALÓ:

Primero debemos ubicar políticamente a la Parroquia de Mulaló. Al respecto "San Francisco de Mulaló" fue un antiguo Tambo ubicado al norte de Latacunga. Hacia el año 1000 de la Era Cristiana, el reino de Quito agrupaba cantidad superior a 40 "provincias" según el padre Juan de Velasco, en donde menciona el jesuita que Latacunga -o Tacunga- se constituía con 16 tribus muy numerosas, a saber: Alaques, Callos, Cuzubambas, Mulahaloes, Mullihambatos, Pansaleos, Pilahaloes, Pujilíes, Saquisilíes, Sigchos, Tanicuchíes, Tiopullos, Toacasos, Yanaconas y propios Tacungas.(Monografía de la Provincia de Cotopaxi. Tomo Nº1. Franklín Barriga López. Editorial Primicias. Ambato)

Mulaló al igual que Tacunga era un tambo (discrepancia planteada fehacientemente por varios investigadores Campaña y los esposos Costales) Tambo (posada o lugar para hospedarse), equivalente a hostería o mesón para viajeros o pasajeros de tránsito. Tambo construido por el Inga (inca) de piedra labrada y lo suficientemente amplio para recibir a numerosos visitantes.

Es importante saber también que a finales del siglo XV se dio en Latacunga una gran batalla campal, donde Pillahuasu combatió con cuanto guerrero pudo reunir (cañaris, puruhaes, pansaleos, quitus, caranquis, etc.) a la invasión del inca Túpac Yupanqui, quien con 50 mil hombres de refuerzo arrasó Latacunga, desterró a los varones sobrevivientes y repobló la zona con mitimaes traídos de otros lugares.

Mulaló como Tacunga se pobló a la llegada de los españoles por un altísimo porcentaje de mitimaes, tanto es así, que hasta bien entrado el siglo XX se puede encontrar en varios documentos protocolares en Latacunga, donde se menciona el barrio de "mitimas" o "mitimaes", y que corresponde al sector donde tiene su inicio el barrio denominado "El Loreto", al sur de la actual Latacunga.

Mulaló, su nombre español es “San Francisco de Mulaló”. Se han identificado tres definiciones topónimas la primera del atacameño mula= cara; alu=hoy; osea que el nombre prueba que la población era, en sus comienzos, atacameña y después Cara o Colorada. Otra del atacameño mula= cara y del colorado haló=todo que significaría “enteramente Cara”, forma de legalizar la conquista con dos vocablos: el del vencido mula y el del vencedor, haló.

Una tercera definición del araucano mula= caracoles de tierra; lo(m)= hondonada, esto es “hondonada de caracoles”, nombre exacto porque en sus tierras sueltas se crían los caracoles tan ambicionados por nuestros indios. También toma valor la tercera definición cuando recordamos que los invasores, al tomar posesión de los pueblos vencidos, aplicaban nombres de igual fonética aunque con el significado que les pareció acertado. Cualquiera de las dos primeras definiciones son de positiva etimología prehistórica.

De esta última acepción topónima se refieren estudios a la palabra “Mulalillo que en el mismo araucano significa "llanurita de caracoles", este nombre aparece en el año de 1645 en razón de que sus pobladores iníciales son gente traídos de Mulaló por el Cacique Gaspar Sanipatín al sector sur – oeste del actual cantón Salcedo; poblado que se inicia bajo la jurisdicción de Cusubamba tanto en lo civil como eclesiástico; anteriormente toda la región se llamó "Cunchibamna" – cita Fernando Jurado en un artículo de historia de Salcedo-. En 1647 Gaspar Sanipatín presta promesa de ley como alcalde de indios y en 1647 funda Mulalillo.

Los predios actuales de la Iglesia de Santo Domingo (Latacunga) a principios de la conquista española, este lugar pertenecía al Cacique de Mulaló Don Gaspar Sarapatín Quinatoa. La presencia del primer padre dominico en Latacunga fue Alonso Muñoz, que el 16 de agosto de 1.608 comparece ante el Corregidor del Asiento don Francisco Gutiérrez Flores, para fundar el convento de Santo Domingo, con la advocación a San Jacinto, adquiriendo los lugares de adoctrinamiento en San Martín, San Felipe, San Sebastián, Saquisilí, Guaytacama. Además adquieren propiedades en Rumipamba (actual Brigada de Fuerzas Especiales Patria Nº 9), Chanchaló, entre otras.

Los Panzaleos habitaron gran parte de los territorios de Mulaló, sus diferentes aportes arqueológicos lo demuestran. “Delante de Panzaleo (Machachi) tres leguas están los aposentos y pueblo de Mulahalo, que aunque ágora es pequeño por haberse apocado los naturales, antiguamente tenía aposentos para cuando los ingas ó sus capitanes pasaban por allí, con grandes depósitos”cita el padre González Suarez. (González Suárez, Federico, "Historia General de la República del Ecuador (3ª edición)", 1964, Ediciones Esfel).

Este antecedente explicativo refiere a las actividades que los conquistadores Incas emprendieron en estos pueblos para gobernar a los mismos con trueques demográficos en zonas preestablecidas por éstos (los incas) a los que se los conoce como Mitimaes.

EL ARAGONÉS ERRANTE



Ese hombre de cabellera dispersa, no es otra cosa que el exhumador de un mundo antes irredento. Ha aprendido, sufriendo fórmulas mágicas que los otros desconocen: conjuros para evocar y recrear las danzas interiores.
Razas sordomudas, perdidas en sus parajes profundos, cobran voz bruscamente y, desde el valle dormido bajo la niebla, ese coral suena iluminando regiones desoladas o magníficas.
Así, hasta que toda la tierra se convierte en eco.

DE JUAN EDUARDO CIRLOT:"El Poeta"

miércoles, 31 de marzo de 2010

EL LEGADO



"Los italianos dicen que la vida es tan dura que el hombre debe tener dos padres que velen por él; por eso todos tienen un padrino"

Tom Hagen, Consigliere de la Familia Corleone

El Padrino, Mario Puzo

jueves, 18 de marzo de 2010

BIOGRAFÍA MÍNIMA

Sal y Mileto es una de las mas importantes bandas de la historia del Ecuador. Fue fundada en 1994 por Paul Segovia(guitarra y voz), Peky Andino (Textos), Igor Icaza(bateria), Jorge Luis Rosero (percusión menor), Cesar Albarracin (bajo y Flauta) y Victor Narvaez (guitarra). En 1995 ingresa a la banda Franco Aguirre(bajo y voces). La banda se consolida como trío a partir de 1998. Su musica fue denominada desde un comienzo "Rock libre ecuatoriano". Una trayectoria nacional e internacional llena de situaciones extremas, siempre en el borde del vertice suicida. Sal y Mileto grabo cuatro discos y un EP entre 1995 y 2003. Además participó en Festivales internacionales como "Rock desde el Volcan" (Ecuador), "Rock al parque" (Colombia) y muchas giras nacionales . Su legado ha influido en muchas de las bandas ecuatorianas de hoy en dia. Ha ganado varios premios y elogios a traves de su trayectoria. En Junio del 2003, despues lanzar su disco "Tres", fallece su guitarrista y lider Paul "El Jefe" Segovia, provocando un gran dolor a todos sus amigos y seguidores. La banda desaparece de los escenarios por tres años y medio.

miércoles, 17 de marzo de 2010

LA ENORME PUERTA DE TLÖN Y EL AMENAZADO

En una parcela onírica el azul se esparcía por todo lado, era un costado inferior del tríptico del Bosco, El jardín de las delicias, en esa tela el rostro delator del parricida se difumina en la llanura detrás de la fuente, es 1985, la página empieza por hablar de la abominación de los espejos y un volumen de Ficciones, editorial Espasa, abre el sésamo de una noche entreverada de pesadillas, delatores, y la secta visceral de Paco, Vittorio y Lautaro.

La ciudad cualquiera era una garganta, luego de montarse en el automóvil de Paco, Lautaro y Vittorio se largaban por ahí para discutir cosas que eran intrascendentales para los otros. Esa noche compartieron el menú en un Chifa al norte de la ciudad. Hablaron de Honorio Bustos Domecq, de una ficción acaecida en el siglo pasado y que parte de un versículo de una de las hojas ordenadas por Borges, la amistad, el compromiso de escribir, el azar,la complicidad y lo efímero como son la muerte y el amor.

(De un artículo de Miguelángel Baltazari)

BOLAÑO EL PRIMER INSTINTO VICERAL

"El poeta es un "héroe develador de héroes",
como el árbol rojo caído que anuncia
el principio del bosque, pues
soñamos con utopía y nos despertamos gritando. "

Raro oficio gratuito ir perdiendo el pelo y los dientes
Las antiguas maneras de ser educado
Extraña complacencia
El poeta no desea ser más que los otros)Ni riqueza ni fama ni tan sólo
poesía.
Tal vez ésta sea la única forma de no tener miedo instalarse en el miedo
como quien vive dentro de la lentitud
Fantasmas que todos poseemos
Simplemente aguardando a alguien o algo sobre las ruinas.

Roberto Bolaño. Raro oficio gratuito